Fui comprendiendo al final en qué consistía el ejercicio. La luz iluminaba de distinta forma las caras o los planos de los poliedros, a partir de donde se formaban los espacios que debíamos representar. A pesar de que no debían verse cajas ni líneas, los cambios de luz, (o de intensidad del carboncillo en el papel) producían aristas, que a su vez, delimitaban los diferentes espacios.
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